jueves, marzo 15, 2012

Entrevista a Lêdo Ivo

A continuación, colgamos la entrevista que Mario Pera realizó al poeta brasileño Lêdo Ivo, quien por su trayectoria, es uno de los invitados principales al Primer Festival Internacional de Poesía de Lima - 2012.

Entrevista al poeta Lêdo Ivo:

«Rindámonos a la evidencia y a la verdad de que la poesía es un misterio»



El gran poeta brasileño Lêdo Ivo

Por: Mario Pera
Traducción: Karina Colonia




Hablar de Lêdo Ivo, es hablar de uno de los escritores brasileños más importantes de la literatura brasilera. Este gran escritor, ha publicado trabajos de notable factura en casi todos los géneros literarios, tales como: poesía, cuento, cuento infantil, novela, crónica, ensayo, autobiografía, etc. publicaciones por las que ha recibido numerosas distinciones como la Orden al Mérito de los Palmares, la Orden al Mérito Militar, la Medalla Manuel Bandeira, el nombramiento como Ciudadano Honorario de Penedo, Alagoas, el título de Gran Benemérito del Real Gabinete Portugués de Lectura de Rio de Janeiro, etc. y algunos premios como el Premio de la Fundación Gracia Aranha en 1947, el V Premio Walmap, el Premio Víctor Sandoval (2008), en el año 2009, ganó el Premio Casa de las Américas por su poemario Réquiem y el Premio Rosalía de Castro (2010), el que ganó junto al poeta español Antonio Gamoneda.
Entre todos los ámbitos de su producción literaria, la más que más ha sido destacada a nivel nacional e internacional ha sido su poesía, la que se enmarca en un retorno a la utilización del soneto como forma poética de expresión, desarrollado dentro del estilo libre con una temática fuertemente delineada por los sucesos vitales del autor. En la poesía de Ivo evidencia notablemente un gran dominio de la técnica, y un excelente uso del lenguaje, lo que le ha permitido publicar no pocos poemarios que alcanzan una reinvención de la palabra escrita.
Su poesía tiene tanta trascendencia en la lírica latinoamericana, que no la traducción de su obra al español se ha mantenido constante, así como la edición de varios de sus poemarios en España, México, Chile, Perú, Venezuela, etc.
Lêdo Ivo publicó su primer poemario (Las imaginaciones) contando con escasos 20 años, constituyéndose pronto como uno de los más importantes referentes de la que se llamó, en la literatura brasilera, Generación del 45, una generación que causó una renovación en la literatura del país amazónico, y que marcó el ingreso de la literatura brasilera a una nueva etapa. En adelante, la poesía de Ivo ha tenido una repercusión no solo Latinoamérica, sino de manera mundial, siendo reconocida como una de las voces más complejas e interesantes de la poética brasilera.
Para mí, en particular, es un placer poner al alcance del público las opiniones y anécdotas que Lêdo Ivo nos ofrece en esta entrevista sobre su vida y labor literaria.

1. Lêdo, tu producción literaria abarca desde poesía, hasta cuento, crónica, ensayo, cuentos infantiles, etc. pero siempre retornas a la poesía. Habiendo transitado por tantos registros para expresarte, ¿por qué has escogido principalmente la poesía? ¿Qué te ofrece la poesía respecto de los otros géneros literarios que hacen que regreses constantemente a esta?
No fui yo quien escogió la poesía. Fue la poesía la que me escogió. Desde la adolescencia la practico o intento practicarla, obedeciendo al misterio de una vocación que va más allá de la reflexión crítica. Los otros géneros que se asocian a mi trabajo —romance y ensayo— se integran en el ámbito poético.
Me considero fundamentalmente un poeta, empeñado en el uso supremo del lenguaje, que recoge y almacena cierta experiencia personal y estética. Pero un poema no es solo un lugar de ocultamiento y despersonalización. Y ante el lector, renuncia a su significado inicial o supuesto, y se convierte un objeto plurisignificativo.
El poeta Arthur Rimbaud y sus poemarios: Iluminaciones y Una temporada en el infierno
en la traducción al portugués de Lêdo Ivo

2. Has comentado en otras entrevistas que de niño no tuviste un gran acercamiento a la lectura, tu padre era abogado y no existía una biblioteca en tu casa que te incentive a leer. Sin embargo, de modo súbito nació en ti, aún siendo niño, una inquietud por leer y, luego, por escribir. ¿Cómo fue ese primer acercamiento a la poesía? ¿Fue la lectura de algún poemario o poeta en particular lo que te «convenció» de escribir poesía?
En Maceió, la ciudad portuaria, marítima y lagunar en la que nací, no había biblioteca, y en mi casa no había libros de literatura. En la biblioteca de una hermandad religiosa y una librería local, fui encontrando libros que se ajustaron a mi hambre de lectura y a mi curiosidad. Eran libros de aventuras, de piratas, búsqueda de tesoros en las islas de los mares del Sur, de naufragios.
Es así que, desde la infancia, me vi marcado por el sentimiento de la imaginación, del otro lado de la vida y del mundo. Pero no fue un libro el que me marcó decisivamente. Fue un poema, en este caso, «Les effarés» de Rimbaud, que leí en un periódico cuando tenía 14 años. Fue para mí una epifanía, con su musicalidad, materialidad y emblema de la impureza del mundo. De adulto, fui el primero en traducir al portugués Une saison en enfer (‘Una temporada en el infierno’) e Illuminations (‘Iluminaciones’).
Lêdo Ivo leyendo una de sus poesías

3. Es frecuente que los escritores tengan reparos respecto a sus primeras publicaciones, las que casi siempre consideran defectuosas y, más aún, precipitadas. Tus primeros poemarios, As imaginações y Ode e elegia, los publicaste con escasos 20 años. ¿Sientes que debiste esperar algunos años más para condensar mejor las propuestas de esas publicaciones, o estas vieron la luz en el momento preciso al menos para ti como artista?
Considero a As imaginações (1944) (‘Las imaginaciones’), publicada cuando tenía 20 años, una obra juvenil, a pesar de que aparecen temas y ritmos que estarán presentes en obras posteriores. Creo que fue en Ode e elegia (1945) (‘Oda y elegía’), publicada al año siguiente, que pude presentarme por entero, utilizando un verso respiratorio, extenso pero exacto, y configurando plenamente mi espacio. Pues para mí la poesía es un canto, un cantico, un encantamiento del uso del lenguaje, una celebración del mundo, y una reflexión sobre la condición humana.
Matthew Arnold considera a la poesía como una crítica de la vida. Y lo es. No hay que olvidar que nosotros, los poetas, somos críticos. Y esa crítica se inicia en la elaboración del poema, en ese encuentro de la memoria y la imaginación con la técnica poética y los mecanismos internos de la creación artística. Aunque, a lo largo de mi carrera literaria, se ha destacado mi papel en la práctica del soneto y en la producción de poemas sumisos a las leyes métricas —aunque muchas veces traté de transgredirlas—, estoy seguro de que mi contribución más sustancial, fue en el territorio del llamado verso libre —es decir, del verso largo y respiratorio—. La poesía es el ritmo. Y es en la utilización de este ritmo primordial, que pretendo realizarme plenamente.

Quinto poemario de Ivo: Cântico (1949)

4. Perteneces a la generación literaria de la posguerra, llamada la Generación del 45. Se ha señalado que es una aquella es una generación distinta, pues no se vuelca hacia la propia tradición literaria brasileña, sino que expande sus lecturas, diversifica sus propuestas estéticas, etc. ¿En qué reside la trascendencia de la generación del 45 para la literatura brasilera y, en general, latinoamericana?
Nadie nace solo, hijo de sí mismo. Todos tenemos un origen, un sello genético, biológico, familiar, geográfico, cultural. En mi caso personal, como poeta, pertenezco (o pertenecí) a la llamada generación del 45, que en el Brasil, le siguió al modernismo de 1922.
Al contrario de los modernistas, que eran regionalistas y habían rechazado el pasado y la tradición, mi generación era internacionalista y dotada de ese sens of past que T. S. Eliot considera esencial en la práctica literaria y poética. A diferencia de los modernistas, que imitaban y absorbían a Marinetti y a Blaise Cendras, los poetas de mi generación se volcaron hacia T. S. Eliot, Saint-John Perse, Valéry, Jorge Guillén, Rilke, Yeats, Ungaretti, en un proceso de actualización cultural que dio un nuevo rumbo a la cultura brasileña.
Después, pasada la hora de la eclosión y la efusión, los caminos se diversificaron, la inclemencia del olvido borró numerosos nombres, y la creación poética volvió a ser lo que siempre fue: una aventura inconfundible e individual, el ejemplo de una voz intransferible, un canto en la oscuridad. Y la referencia generacional se volvió cronológica.

Lêdo Ivo flanqueado por sus amigos:
Carlos Montemayor (izq.) y Jorge Ruiz Dueñas (der.), en 1979

5. Sin duda la poesía encierra en sí la memoria histórica mundial. En tu opinión, ¿la poesía se conserva en el inconsciente colectivo heredado desde hace milenios y es debido a ello que cala en las personas de modo más profundo, quizá, que otras expresiones artísticas o géneros literarios?
Rindámonos a la evidencia y a la verdad de que la poesía es un misterio. Es un arte. Como la música, la literatura, la pintura, la escultura, la danza, ella es una de las referencias fundamentales de la creatividad humana, de la capacidad que tiene el hombre de inventar para pode ser y existir. Por lo tanto, es una actividad profundamente personal, regida por el misterio de la vocación, y profundamente colectiva, desde que cada poeta pertenece a una tribu inmemorial que procede del inicio de los tiempos. «Todos somos seres colectivos», advierte Goethe. Esto significa que no sabemos dónde empezamos, ni dónde terminamos, dónde somos nosotros y dónde somos los otros, y aún si nosotros somos los otros.
En mi caso personal, lo ancestral tiene un gran peso. La cuna, el origen, el lugar de nacimiento, la sangre inmemorial, la memoria ancestral tiene un alto significado e importancia para mí y, sin duda, están presentes en mis poemas y prosas.

Una de las novelas más destacadas de Lêdo Ivo, Nido de cobras (1973)
que recibió el V Premio Walmap

6. Hablando de ello, en cuanto a la elaboración de tu obra poética, ¿podrías comentarnos a grandes rasgos tu método de trabajo? ¿Esperas a que la inspiración llegue o crees más en el trabajo esmerado y constante para la elaboración de tu poética? ¿Cuánto corriges antes de saber que un poema está terminado?
No tengo un método. Soy un ametódico. Con base en mi experiencia personal, entiendo que la inspiración es el momento en el que el poema surge de las profundidades del inconsciente o del subconsciente, y se convierte en lenguaje. Es el momento de la iluminación, en que soy visitado por mí mismo, por ese yo que está dentro de mí y es mi yo poético y creativo. Y tal vez ese yo no sea una realidad existencial, y si una invención meramente intelectual. Valéry dice que los dioses dan el primer verso de gracia. Prefiero que los dioses, de cuya existencia dudo, me den solo el tercer verso del poema. De los dos primeros yo me encargo.
Y completo tu pregunta diciendo que, para mí, el relámpago de la inspiración es el resultado de un trabajo oscuro y silencioso, de un aprendizaje perpetuo. Soy un eterno aprendiz, un alumno de mí mismo.

La República de la desilusión (1995), ensayo por el poeta Lêdo Ivo

7. ¿Qué tan cercana es la poesía brasilera a la poesía de portuguesa y a autores portugueses como Mário de Sá-Carneiro, Fernando Pessoa, Teixeira de Pascoaes o Luís Vaz de Camões? Por cuestiones históricas y de lengua podemos suponer que la literatura brasilera debe vincularse con la portuguesa, pero ¿ese lazo o vínculo existe realmente?
Desde su independencia política, en 1822, Brasil comenzó a implantar su independencia cultural y estética, distanciándose de Portugal, y buscando nuevos modelos y fuentes de inspiración, especialmente en el romanticismo, el realismo y el parnasianismo europeos del siglo XIX. Actualmente, son dos literaturas distanciadas una de la otra.
También hay que destacar que, con sus 200 millones de habitantes, en contraposición con los 10 millones de Portugal, Brasil es hoy el gran estuario de la lengua portuguesa. Es la misma lengua, pero el portugués hablado y escrito en Brasil cuenta con un alto grado de diferenciación en relación al «portugués portugués».

Sexto poemario de Lêdo Ivo: Lenguaje (1949-1951) (1951)

8. Me imagino el mundo que usted conoció en su juventud, tan distinto al actual, un mundo en el que escribir poesía era algo diferente al hacerlo hoy en día. ¿Cuál es el papel del poeta, de la poesía, en un mundo como el que ahora vivimos?, en constante cambio por los avances de la tecnología, la convulsión social y las crisis económicas. ¿Cómo ves a la poesía en el contexto tecnológico actual? Libros en formato virtual, medios masivos de comunicación como blogs y web al alcance de todos, etc.
Con la aparición de nuevos lenguajes generados por la escala tecnológica, la literatura vive hoy un momento de cambios vertiginosos. En el caso de la poesía, el libro, con sus pequeños tirajes, se está convirtiendo en una especie de soporte. La difusión de la poesía se hace hoy a través de los festivales, blogs, portales web, discos, redes sociales, etc. La poesía se está volviendo Internética, habitando el universo electrónico.
Los poetas se volverán, al mismo tiempo, clandestinos y mediáticos. Son visibles e invisibles, como figuras virtuales. Innumerables poetas ya tienen libros electrónicos (los e-books).

Poesía completa 1940-2004 (2004), poesía de Lêdo Ivo

9. Has sido poeta por más de 60 años Lêdo, has sido parte importante de una Generación literaria que rompió muchos paradigmas en Brasil, tu obra es fundamental para conocer un poco más de tu historia y la de tu país, y tu poesía ha alcanzado un reconocimiento generalizado como la de pocos poetas brasileros, lo que te convierte en una figura, un ícono literario de Brasil y de Latinoamérica. Cuando comenzó para ti esta aventura, la poesía, a tus 14 años, ¿pensaste que el destino te depararía todo esto?
Siempre quise ser poeta y escritor. Busqué un espacio de afirmación y expresión personal. Quería llegar a ser yo mismo. Me alegra el reconocimiento al que te refieres, inclusive, porque me considero un poeta de latinoamericano o iberoamericano. Esa singularidad fue destacada por Juan Rulfo y Carlos Montemayor, y explica la acogida que mi trabajo ha tenido en los países hispanoamericanos, —especialmente en México— y en España.
También hay que señalar, que este reconocimiento es apoyado por incontables amigos poetas en varios países. No estoy solo. Y estaré siempre agradecido a aquellos que, generosamente, me extienden la mano.

El navío adormecido en el bosque (1971),
libro de crónica de Lêdo Ivo

10. Lêdo, vas a participar en el Primer Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLima). En el Perú se trata de un evento artístico sin precedentes, por su magnitud y la gran cantidad de poetas nacionales y extranjeros que congregará. Nuevamente se intenta llevar la poesía al gran público. ¿Qué expectativas genera en ti el participar en un festival de este tipo? Pese a que como siempre has comentado, citando a Juan Ramón Jiménez, «La poesía es para la inmensa minoría».
La palabra «destino» tiene una connotación teológica que me perturba. Prefiero ver, en mi vida personal y de poeta, el ejemplo de un largo trayecto. Y el Festival Internacional de Poesía de Lima representa, para mí, una oportunidad más para volver a ver a mis amigos poetas (como Renato Sandoval), y para conocer nuevos poetas. Eso sin hablar de que es la tercera vez que voy a Lima.
El Festival también provoca un diálogo con el público y la circulación de libros de poesía. Para el público, los festivales son islas poéticas. Es como si los asistentes fueran turistas que, en vez de viajar por las Antillas, hubieran escogido un país imaginario.

Réquiem (2008), último poemario publicado por el poeta Lêdo Ivo

11. Finalmente Lêdo, ¿sientes particular entusiasmo por la obra de algún poeta o poetas peruanos? ¿Se conoce algo de la tradición poética peruana en Brasil?
El Perú posee una de las literaturas más vigorosas y creativas de América. Es una de las patrias de nuestra imaginación. El hecho de ser uno de los cuatro países latinoamericanos distinguidos con el Premio Nobel de Literatura, en la persona de Mario Vargas Llosa, da testimonio de su relevancia cultural y artística.
No soy un especialista en su literatura, pero leí y conozco a numerosos de sus escritores y poetas. Subrayo, de manera especial, al Inca Garcilaso de la Vega, el incomparable ensayista y prosista que es Ricardo Palma, el gran poeta César Vallejo. También recientemente, volví a leer El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría, con renovada admiración.
Menciono también a Miguel Scorza y a José Maria Arguedas como los testimonios de un Perú en que están presentes, al mismo tiempo, la realidad y la imaginación. Es, en muchos casos, una literatura de indignación, como la de otros países, como el Brasil, divididos entre la extrema riqueza y la extrema pobreza. Yo conozco y admiro la poesía de Arturo Corcuera, Antonio Cisneros, Carlos Germán Belli, Hildebrando Pérez Grande, Javier Sologuren, José Watanabe y Rodolfo Hinostroza.





Biodata.
Lêdo Ivo. Maceió – Brasil, 1924. Publicaciones en poesía: As imaginações (1944), Ode e elegia (1945), Acontecimento do soneto (1948), Ode ao crepúsculo (1948), Cântico (1949), Linguagem: (1949-1951) (1951), Ode equatorial (1951), Um brasileiro em Paris e O rei da Europa (1955), Magias (1960), Estação central (1964), Finisterra (1972), O soldado raso (1980), A noite misteriosa (1982), Calabar (1985), Mar Océano (1987), Crepúsculo civil (1990), Curral de peixe (1995), Noturno romano (1997), O rumor da noite (2000), Plenilúnio (2004), Poesia Completa 1940-2004 (2004) y Réquiem (2008); en novela: As alianças (1947), O caminho sem aventura (1948), O sobrinho do general (1981), Ninho de cobras (1973), A morte do Brasil (2007); en cuento: Use a passagem subterránea (1961), O flautim (1966), 10 [dez] contos escolhidos (1986), Os melhores contos de Lêdo Ivo (1995) y Um domingo perdido (1998); en ensayo: Lição de Mário de Andrade (1951), O preto no branco. Exegese de um poema de Manuel Bandeira (1955), Raimundo Correia: poesia (apresentação, seleção e notas) (1958), Paraísos de papel (1961), Ladrão de flor (1963), Modernismo e modernidade. Nota de Franklin de Oliveira (1972), Teoria e celebração (1976), A república da desilusão (1995), O Ajudante de mentiroso (2009), en traducción: A Abadia de Northanger de Jane Austen (1944), Nosso Coração de Guy de Maupassant (1953), Uma Temporada no Inferno e Iluminações de Arthur Rimbaud (1957) y O Adolescente de Fiodor Dostoievski (1960), entre otras varias publicaciones.
 
 
 
 
(Tomado del blog La Convención: http://www.la-convencion.blogspot.com/)

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