El poeta ecuatoriano Edwin Madrid |
Por:
Mario Pera
Edwin Madrid
es uno de los poetas más representativos de las últimas décadas en Ecuador, su singular
poesía goza de una amplia aceptación en su país y en el extranjero, habiendo
participado en diversos recitales de poesía en el Perú, lo que le ha granjeado
varios lectores.
Ha
sido merecedor, por su poesía, de varios premios entre los que destacan el Premio
Nacional de Poesía Joven «Djenana» (1989), el Premio Nacional Escritores
Ecuatorianos de los 90 (1991) y el Premio de Poesía Casa de América de Poesía
Americana (2004), este último por su poemario Mordiendo el frío (2004). Asimismo, su obra poética ha sido
traducida a varios idiomas como el portugués, inglés, alemán y el árabe.
Además
de desarrollarse como poeta, Madrid se desempeña como periodista cultural para
diferentes medios periodísticos del Ecuador y del exterior, labores que combina
con el ejercicio de su profesión, bibliotecario. Al mismo tiempo, ha sido
editor de las publicaciones Obra poética
completa, español/inglés de Jorge Carrera Andrade (2003) y de la antología La poesía del siglo XX en Ecuador
(2007).
Edwin Madrid es uno de los poetas
ecuatorianos de mayor reconocimiento en la actualidad y, sin duda, resulta
interesante para sus lectores el poder
tener un nuevo acercamiento con el poeta, en el que nos permite conocer un poco
más sobre él y su poesía.
1. Edwin,
he leído que tu relación con la escritura inicia desde que eras niño. Sin
embargo, cuando eras joven decidiste estudiar Economía, estudios que luego abandonaste.
¿Por qué quisiste estudiar ciencias?, algo tan distinto de la escritura de
poesía, ¿fue la literatura, la poesía en particular, la culpable de que hayas
dejado tus estudios de economía?
Cuando decidí estudiar ciencias económicas
fue porque creo que la manera de ver el mundo de un escritor, debe ser única y
contundente. La Economía me dio esa base, digamos científica, de percibir la
realidad de manera más crítica. Por más fantasía o ficción que tenga mi poesía,
tiene un polo a tierra, que me permite ir más allá de la simple realidad.
No me gusta
regodearme con el lenguaje como si solo fuera técnica. A mí me importa que el
poema, en su arrebato, te diga y te deje algo. Por eso, solo estudié economía
tres años, el resto ya se iba especializando con cuestiones numéricas que no me
interesaban. Es decir, fui a las ciencias por la poesía, y no al revés. Me
parece ocioso que quien pretende ser escritor se ponga a estudiar letras. Creo
que el escritor debe abrir sus puertas de percepción para ampliar su
cosmovisión y ver las cosas infinitas como en verdad lo son. Una silla no solo
es lo que vemos, sino cómo la vemos. Por eso, en literatura no solo es
importante lo que se nombra, sino cómo se lo nombra.
Segundo poemario de Edwin Madrid, Celebriedad (1990), obra por la que el autor es reconocido en varias partes del continente |
2. Eres
bibliotecario, ¿escogiste una profesión tan poco frecuente por algo en
particular? ¿El vivir rodeado de libros te ayuda en tu labor artística
creativa, o lo sientes como cualquier trabajo rutinario de oficina?
Por esos años, muchos en verdad, cuando
abandoné la Economía, sabía que para dedicarme a escribir tenía que trabajar,
miré a mi alrededor donde los poetas y escritores, tienen que hacer trabajos
tan disímiles con la escritura, y decidí tener un trabajo alimenticio, pero que
me permitiera estar cerca de los libros.
Así estudié
bibliotecología y entré en la Biblioteca Nacional del Ecuador. Un trabajo que
me permite comer para escribir; en ninguna parte del mundo, un joven escritor
puede escribir para comer, y en esa búsqueda de la sobrevivencia, puede ocurrir
que el mundo laboral te trague y acabe con el poeta que había en ti. Por
suerte, yo supe que escribiendo no me iba a hacer rico, pero tengo un trabajo
que me permite el contacto diario con los libros y, a veces, lecturas
inesperadas que me enriquecen enormemente.
3. Jugaste
fútbol profesionalmente hasta que una lesión te separó de las canchas. ¿Qué nos
puedes contar de esta experiencia? ¿El dejar el fútbol profesional te hizo reencontrarte
con los libros y la poesía?
Esa es una historia que me hace creer que las
cosas ocurren por algo, a pesar de que yo escribía desde mucho antes de esa
lección. Me metí a jugar profesionalmente porque era otra manera de seguir
haciendo lo que a mí gusta.
Tanto el fútbol como
la poesía, para mí, son pasiones que me enseñaron a ser coherente con lo que
pienso y hago. Poesía y fútbol, cada por su lado, se encuentran en que, para
ejercitarlas, no se puede mentir. Un futbolista tiene que demostrar en la
cancha que es el mejor, como un escritor debe demostrarlo sobre el papel. Esa
era mi ambición cuando quise jugar, y es la misma ambición que tengo siempre
que me enfrento con un poema: doy todo de mí, hay un esfuerzo físico y síquico
que extrema mi cuerpo y mente para construir mi texto, que creo también lo
hace, o debe hacerlo, el futbolista cuando está en la cancha.
Vino la lesión y en
esa convalecencia tuve tiempo para lecturas aleccionantes, tanto que dije no al
fútbol, no era para mí, lo dejé y, desde entonces, creo que para aprender a
jugar futbol se lo hace jugando, como para escribir escribiendo. La diferencia
está en que no todos vamos a ser un gran campeón, en el futbol como en la
escritura.
Uno de los ultimos poemarios de Edwin Madrid, Puertas abiertas/Open doors (2000, 2da ed. 2001) |
4. ¿Podrías
describirnos tu estilo de trabajo, de creación poética? Escoges un tema, creas
estructuras, escribes poemas sin seguir un patrón. ¿Cómo estructuras, en
general, tus poemarios?
Creo que es una cuestión de método, que lo
vas desarrollando con los años. Ahora puedo decirte que sí, que mis libros son
temáticos y que voy construyendo de acuerdo a esa necesidad creada a partir de
mis sensaciones. Elijo el tema, que puede aparecer por muchas cosas: sueños,
lecturas, conversaciones, chismes, realidad real y virtual, etc., basta
cualquier indicio que despierte el duende poético para que empieces a elaborar
una estrategia de archivo del acervo que te permita ir elaborando tus textos
hasta que sientes que el tiempo y el tema lo tienes agotado.
5. En
el año 2004 ganaste el Premio de Poesía Casa de América por tu poemario Mordiendo el frío, ¿cómo recibiste la
noticia? Se trata de un poemario cuya temática se vincula en buena medida al
deseo, al amor erótico, ¿qué otras características tiene este poemario, en tu
opinión, que lo distingue frente a tus demás obras en poesía?
Los premios son para disfrutarlos en ese
momento, con la gente que más quieres y que está a tu lado. El resto no es
interesante. Un premio no te hace escribir mejor.
Mordiendo el frío
(2004) recupera el amor romántico y el amor sexual. Son 49 historias
construidas como poemas en prosa. Para mí se trata de un poema-novela. Digo, si
hay novelas poéticas, ¿por qué no puede haber poemas-novelísticos? Tiene un
personaje: Quinto Valerio Catulo, que cuenta y canta su vida sexual y amorosa desde
su niñez hasta que alcanza la madurez.
Poemario Mordiendo el frío (2004), por el que Madrid ganó el IV Premio Casa de América de Poesía Americana en el año 2004 |
6. Edwin,
¿cuán difícil ha sido para ti el hallar una voz poética propia dentro de las
muchas influencias que has podido tener por tus lecturas?
Recuerdo que desde que empecé a escribir, lo
que más quería, era no parecerme a los poetas coterráneos, que son tan
solemnes, oscuros, nostálgicos y tan trágicos. Yo quería que mi poesía tenga la
vida. Esa vida que vivirla cada día es una aventura, esto no había en la poesía
ecuatoriana, sino en los poetas de otras partes de Hispanoamérica como también
de otros ámbitos. Leía sin cesar todo lo que caía en mis manos, y así fui
construyendo una mirada irónica o humorística en todo lo que me atrevo a
escribir. Pero, sé muy bien que todavía no he alcanzado una voz, la voz inconfundible
que tienen los maestros, y esto no me quita el sueño, pues me conformo con ser
honesto cuando escribo.
Edwin Madrid leyendo en el marco del 4to festival de Poesía Latinoamericana celebrado en Viena en el 2007 |
7. Además
de tu labor como poeta y bibliotecólogo, has trabajado como periodista cultural
en diversos medios de tu país, Ecuador, y del extranjero. En el Perú, muchos
medios de comunicación han restringido al mínimo la sección cultural, ¿cómo ves
el panorama del periodismo cultural, en particular el relacionado a la
literatura (a la poesía) y a la crítica literaria, en Latinoamérica?
Puedo hablar de lo que pasa en Ecuador, y te
aseguro que este segmento del periodismo es nulo en mi país. No hay ni siquiera
un suplemento cultural, peor periodistas culturales, lo único que se hace es
registrar una agenda cultural: un espacio muy reducido para hablar de la
actividad de la ciudad y colgar cosas del cable.
Tampoco existe una
revista literaria que dé cuenta de lo que pasa acá con la literatura. Les digo
a mis alumnos que ellos son los jóvenes de esta era virtual, y que deberían
hacer una revista digital que sea el referente de las letras ecuatorianas, pero
los jóvenes de hoy pasan más tiempo preocupados en el chat con sus novias como para meterse a organizar una revista. En
consecuencia, la crítica literaria también es nula, y lo que aparece en los
medios son palmaditas al escritor de turno, pero nada más.
El poeta Edwin Madrid junto a una leyenda de las letras y de la poesía ecuatoriana, el escritor Jorge Enrique Adoum |
8. ¿Tienes
algún o algunos libros de cabecera? ¿A qué autor (es) u obra (s) retornas
continuamente?, ¿hay algún libro que hubieras querido escribir?
Mis lecturas cambian con mi experiencia de vida.
Cuando era joven, me deleité leyendo lo que más pude de los grandes narradores
del Boom latinoamericano, me
entusiasmaba y siempre retorno a Borges, sus cuentos, sus poemas, su fina y
erudita ironía, el desparpajo lúcido de sus respuestas.
Después leí a los
surrealistas y a los norteamericanos, lecturas de traducciones malas y buenas.
Ahora leo a mis amigos sin ninguna concesión y trato de ponerme al día con los
clásicos, que siempre serán los contemporáneos más interesantes.
Mordiendo el frío (2004) en la edición ganadora del IV Premio Casa de América de Poesía Americana por la ed. Visor de España |
9. Eres
uno de los poetas extranjeros invitados al Primer Festival Internacional de
Poesía de Lima (FIPLima). ¿Tienes alguna expectativa en torno a este festival?
Habiendo participado en varios festivales, ¿qué significa para ti,
personalmente, volver a venir a Lima, esta vez en el contexto de un Festival
Internacional de Poesía?
Para mí es un placer volver a Lima, al Perú,
es un país tan apasionante que siempre digo que los españoles no estuvieron
desubicados cuando establecieron virreinatos en Lima y en México, son
ciudades-países dueños de una cultura tan apabullante, que conocer lo
latinoamericano pasa por este par de países. Y el Perú literario es un país que
está dentro de lo mejor que se escribe en lengua española. Admiro su poesía,
así que será muy grato volver a abrazar a los amigos y escuchar a los poetas.
Antología La poesía del siglo XX en Ecuador (2007), preparada por el poeta ecuatoriano Edwin Madrid para la ed. Visor de España |
10.
Para terminar Edwin, ¿tienes algún proyecto en ciernes? ¿Algún nuevo poemario
que vaya a ser publicado o en el que te encuentras trabajando?
Sí, creo que un poeta siempre está
escribiendo, incluso cuando no sienta frente a la página en blanco, siempre
está escribiendo. Pues hay varias maneras de escribir. Uno construye sus poemas,
primero, en la cabeza. Entonces todo el tiempo está recuperando información
para construir ese poema que luego pondrá en el papel.
Edwin
Madrid. Quito – Ecuador,
1961. Ha publicado en poesía: ¡Oh! Muerte
de pequeños senos de oro (1987), Celebriedad
(1990), Enamorado de un fantasma
(1991), Caballos e iguanas (1993), Tambor sagrado y otros poemas (1995), Tentación del otro (1995), Open Doors (1999), Puertas abiertas/Open Doors (1era. Ed. 2000 y 2da. Ed. 2001), Mordiendo el frío (2004), Lactitud cero° (2005) y La búsqueda incesante (2006); ha editado además: Obra poética completa, español/inglés de Jorge Carrera Andrade (2003) y la antología La poesía del siglo XX en Ecuador (2007).
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