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El poeta canadiense Francis Catalano Foto de: Claude-Simon Langois |
Por:
Mario Pera
Traducción:
Maud Yvinec
De origen
italiano – quebequense, el poeta canadiense Francis Catalano se proyecta como
una de las principales voces líricas de su país. Estudió Artes en la
Universidad de Québec – Montreal, donde también obtuvo una maestría en estudios
Literarios. En 1986, obtuvo una beca del Ministerios de Asuntos Exteriores
italiano que le permitió viajar a la capital italiana a estudiar Literatura
italiana en la Universidad de Roma.
En la década de los 80 del siglo pasado,
fue uno de los cofundadores de la revista Afluencia, vinculándose a la
realización de eventos literarios como Poesía Ciudad Abierta y Poesía-Minuto y
Écrithôthon.
Además
de poeta y ensayista, se ha desempeñado como traductor, habiendo traducido al
francés el poemario Instructions pour la
lecture d’un journal (‘Instrucciones para la lectura de un periódico’, de
Valerio Magrelli), y habiendo escrito Le
Vase brisé (‘El florero roto’), ensayo sobre la obra del poeta italiano
Valerio Magrelli; por esta última traducción, publicada en el año 2005, recibió
el Premio John Glassco de traducción literaria del 2006. Ha traducido,
asimismo, a otros escritores italianos contemporáneos como Pier Vittorio
Tondelli, Edoardo Sanguineti o Mario Luzi. Actualmente, pertenece al consejo
editorial de la revista Exit.
En
el 2010, Catalano se hizo merecedor del Gran Premio Quebecor del 26º Festival
Internacional de Poesía de Trois-Rivières. Sin duda, se trata de uno de los
principales referentes de la poesía contemporánea canadiense, por resulta
interesante compartir con el público algunas de sus opiniones y de sus
experiencias como escritor.
1.
Francis, ¿cómo comienza tu vínculo con la poesía, con la lectura de esta y con
su escritura?
Fue cuando debía tener 11 ó 12 años. En el
colegio, el profesor de francés nos pidió que escribiéramos un texto sobre
algún tema de nuestra elección. Entonces, escribí un texto que jugaba con las
palabras «toit» y «toi» (‘techo’ y ‘tú’). Gracias a ese ejercicio me gané la
simpatía del profesor y la de los otros alumnos. En aquel momento, no entendí
que se trataba de mi primer contacto con la poesía.
Después, hacia los 15
años, escribí mis primeros poemas para seducir a una chica. Me acuerdo de los
primeros versos: «en un elevador/o en algún otro lugar (…)». Y funcionó. Con
esa chica rompimos al poco tiempo, pero enamoré de la poesía y le fui fiel. Más
o menos al mismo tiempo, descubrí a Arthur Rimbaud y desde ese momento no dejé
de leer poesía.
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El poeta Catalano leyendo su poesía en Lion d'Or (Montreal), con motivo de la celebración del 10mo aniversario de la revista Exit |
2.
Con relación a tu forma de trabajo, ¿cómo elaboras tus poemarios? ¿Determinas
un tema, planificas una estructura y escribes los poemas para cumplir con esa
estructura, o solo escribes y luego reúnes los poemas dándole una unidad
temporal a cada poemario?
Escribo «libros de poemas» más que «poemarios».
Digo esto, porque la imagen que se tiene de un poemario, es algo que se
recolecta, que se recoge, como flores esparcidas en un campo para después hacer
un ramo (en francés también decimos «florilegio» para hablar de un «poemario»).
Escribo libros de poemas, puesto que cada uno de mis libros corresponde a un determinado
tema, que a menudo es un concepto. Pero, en función del libro, mi enfoque
siempre es distinto.
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Antología del poeta: Panoptikon (2005) |
A veces, se me ocurre
primero el título del libro. Este fue el de mi cuarto libro: Panoptikon. Encontré esta palabra por
primera vez en un poema de Ezra Pound. Esta nueva palabra, y el concepto del
panóptico que se deriva de ésta, se me revelaron. Leí sobre el tema, y escribí
bastantes poemas que remiten cada uno al concepto del panóptico (que significa,
literalmente, «que lo ve todo» y es, en realidad, un sistema de vigilancia). En
nuestras sociedades de alta tecnología, este concepto funciona totalmente.
Entonces, escribí poemas sobre la televisión, las computadoras, el internet,
los bancos, hasta sobre las ecografías. Puesto que incluso, antes de nacer,
desde el vientre de nuestra madre, podemos ser observados por nuestros padres y
nuestra imagen puede ser grabada en un disco duro.
En poesía, me gusta
la idea de un objeto construido. La idea de que se puede escoger cualquier
poema al azar y que, dicho poema, puede reflejar el libro entero. La idea de
las fractales en física. Cada parte contiene la totalidad. Lo mismo con Index. Se trata de un libro sobre
América (siendo la x de Index, la
tachadura de «l’Inde» —la India—, esa tierra que Colón creía haber descubierto,
equivocándose), desde los orígenes (primero, un tiempo geológico, después, la
llegada de los humanos por el estrecho de Bering) hasta la toma de posesión del
territorio por los Británicos (en 1760). Se trata de un viaje en el tiempo a
bordo del Poema… y cada poema en este proyecto se refiere a los indígenas, es
decir, a esta huella todavía legible que dejó el hombre, y que se reconoce
cuando todavía hoy miramos los paisajes y la naturaleza salvaje.
De manera general, me
gusta la idea de que exista una interconexión entre cada uno de mis libros, tal
y como existe un vínculo indisoluble entre cada uno de mis poemas al interior
de cada uno de mis libros. Cuando deje de escribir (lo que no pienso hacer), me
gustaría que mis libros conformaran un Todo indivisible.
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Segundo poemario de Francis Catalano, Index (2001) |
3.
En relación a la poesía hoy en día se publica en tu país, Canadá, ¿cómo ves el
nivel de la poesía canadiense contemporánea?
Puedo hablar sobre todo de la poesía
quebequense, que se publica en Quebec y en francés. Canadá es un país muy
grande, 09 de sus 10 provincias son anglófonas. Los idiomas oficiales en Canadá
son el inglés, el francés y las lenguas autóctonas (algonquino, iroqués, inuit).
Pero a causa de su posición geográfica y demográfica, Canadá tiene sobre todo
una consonancia inglesa.
Esta es la
originalidad de Quebec, el único baluarte en América en que todavía se habla
francés. Esta marginalidad es una fuerza, porque diferencia a Quebec y a los
quebequenses del resto de los canadienses, los cuales, por ejemplo, se
confunden a menudo con los estadounidenses por el idioma…
Desde siempre, la
cultura quebequense oscila entre las influencias que vienen de Francia y de los
Estados Unidos de América. Esta doble pertenencia (Francia por el idioma y EE.UU.
por el territorio) se refleja en nuestra literatura. Los poetas escriben en
francés realidades americanas que comparte un mundo anglosajón. Escribir poesía,
o cualquier otro género literario, en francés, se parece a menudo a un tipo de
resistencia. Queda de modo inconsciente. Cuando escribo, escribo en mi idioma
materno, y se acabó. Pero global e inconscientemente, pongo una piedra más al
deseo de afirmación, y sigo con la construcción del edificio en mi lengua
materna.
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Me horroriza (2002), tercer poemario de Catalano |
4.
Además de la posibilidad de expresarte artísticamente, ¿consideras que la
poesía te ha brindado algo más como persona? ¿Imaginas cómo hubiera sido tu
vida si no te dedicaras a la poesía?
Si no me hubiera dedicado a la poesía,
probablemente hubiera sido astronauta o astrofísico, investigador en
microbiología o en física quántica, beisbolista (probablemente lanzador),
reparador de ascensores, flautista en una orquestra sinfónica o mago. No sé,
exactamente. Eso sí, en cada una de estas disciplinas, me habría esforzado al extremo
y habría intentado innovar en la materia. En vez de descubrir nuevas estrellas,
o un antídoto contra el mal, invento suites poéticas, hago aparecer sensaciones,
hasta el momento, invisibles gracias a las palabras.
Esta extraña postura
que consiste en escribir poesía todavía en el siglo XXI, me permitió llegar a
ser lo que soy. Esta necesidad interior me transformó como persona, por
supuesto. Pero sobre todo, transformó la visión que los otros tienen de mí. Ser
un escritor menor (es lo que soy), de un género menor (la poesía), en una
literatura menor (la literatura quebequense, o canadiense) me motiva a nivel
personal. Allí es donde, a mi parecer, está la mayor probabilidad de encontrar
las perlas más preciosas. La literatura latinoamericana es un buen ejemplo de
ello.
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Instructions pour la lecture d'un journal, traducción de Francis Catalano del poeta italiano Valerio Magrelli, traducción por la que ganó el Premio John Glassco en 2006 |
5.
En el año 2006, ganaste el premio John Glassco para traducción literaria por tu
traducción de Instructions pour la
lecture d'un journal, del poeta italiano Valerio Magrelli. ¿Cuánto influye
en tu trabajo como traductor de poesía el hecho de que seas poeta? ¿Es más
fácil traducir poesía para un poeta que para alguien que no la escribe?
Creo que los seres humanos, en la vida
cotidiana, se encuentran continuamente en situación de traducción. Todo el
tiempo traducimos, si efectivamente traducir es interpretar y convertir una
cosa en otra. Cuando vemos, el ojo traduce la luz en la corteza y aparece la
visión; cuando leo, convierto símbolos abstractos (letras, palabras) en
significantes e imágenes. Pensándolo bien, hay algo del orden de la magia que
opera cuando escribimos, cuando leemos, cuando traducimos.
Por lo tanto,
escribir es traducir. Cuando escribo un poema, traduzco a mi idioma materno un
idioma desconocido que está tocando la puerta. Creo que en cada poeta, hay un
traductor de poesía en potencia, lo cual no es necesariamente el caso al revés.
Para traducir poesía, no sólo hace falta ser sensible a las significaciones
propuestas en el idioma de origen, sino también reconocer los ritmos, las
sonoridades, diría el aliento del poema de origen, lo cual es más difícil. Pero,
ante todo, es necesario creer en la traducibilidad del poema. Lo cual no es
evidente.
Cuando veo un a un
prestidigitador hacer aparecer conejos en un sombrero, creo lo que veo,
sabiendo, al mismo tiempo, que se trata de un truco. Del mismo modo, creo que
un poema es traducible de un idioma a otro, aunque en dicha operación se
esconde un engaño, un truco. Todo el espectáculo de la traducción termina
siendo una ilusión.
El poeta Francis Catalano |
6. En
el Perú es difícil encontrar publicaciones de poetas canadienses, por ello, la
poesía de tu país es poco conocida en nuestro país. En relación a ello, ¿qué
autor o autores canadienses nos recomendarías para conocer la tradición poética
de tu país? ¿Hay algún autor o autores imprescindibles?
Por motivos que desconozco, los autores
canadienses ingleses son más conocidos en el extranjero que los autores
quebequenses, inclusive tienen, a veces, fama internacional. Pienso en Margaret
Artwood, Morcedai Richler o Leonard Cohen, quienes, dicho sea de paso (por lo
menos Richler y Cohen) nacieron en Montreal.
Entre los poetas
quebequenses francófonos, empezaría con Émile Nelligan, un poeta de finales del
XIX que escribió la totalidad de su obra a los veinte años (se trata de nuestro
Rimbaud). Entre los imprescindibles, notemos a Hector de Saint-Denys Garneau y a
Anne Hébert; la entrada en la modernidad con Claude Gauvreau, firmante de un
manifiesto artístico titulado Le refus
global (‘El rechazo global’) (1948), Paul-Marie Lapointe, Rolan Giguère;
después, los poetas de la identidad nacional gravitando alrededor de las
ediciones de L’Hexagone, Gaston Miron, Gérald Godin, Paul Chamberland.
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Catalano en el Festival Internacional de Poesía de Trois-Rivieres del 2010. En esa ocasión, Catalano se hizo merecedor del Premio Quebecor FIPTR |
7. Vas
a participar como poeta invitado en el Primer Festival Internacional de Poesía
de Lima de este año. ¿Qué expectativas tienes en torno al mismo? ¿Qué opinas de
los festivales de poesía?
Espero descubrir nuevas voces y tal vez, si
es posible, ayudar a difundirlas aquí [en Canadá]. Conocemos bastante mal la
poesía que se escribe actualmente en Perú. Y en el Perú, se conoce bastante mal
la poesía que se escribe en Quebec. Sería interesante ver una colaboración
entre poetas peruanos y quebequenses, bajo la forma de una publicación. Los
festivales de poesía, sobre todo, sirven para esto, acercar lo que está lejos.
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Último poemario de Catalano, qu'une lueur des lieux (2010) |
8. Finalmente
Francis, ¿tienes algún nuevo proyecto poético en espera de publicación?, ¿te
encuentras trabajando algún nuevo poemario o traducción?
Justo acabo de entregar a mi editor un libro
de poemas titulado Où les espaces
s’appuient (‘Donde los espacios se apoyan’) (el título viene de un verso de
Sylvia Plath, una poeta estadounidense). Son poemas escritos durante viajes a
California, Costa Rica, Nueva York, España, etc. Me gusta mucho escribir
viajando. Los viajes me estimulan, «forman la juventud», y ¡los poemas! Quizás
añadiré una parte «Perú», si encuentro tiempo para escribir durante el Festival
de Lima.
También, otro libro
de poemas titulado simplemente Météo,
agrupados por estaciones; estos poemas tratan del clima, de su efecto sobre las
personas y su humor, de los cambios climáticos causados por las desenfrenadas
necesidades del hombre de pensar en términos económicos.
Y una primera novela,
que se publicará este otoño y se titula On
achève parfois ses romans en Italie (‘A veces uno termina sus novelas en
Italia’). Se trata de una novela poética, en todo caso, de una autoficción que
trata sobre la experiencia de un joven becario que está en Roma por primera vez,
y cuenta lo que descubre en este Nuevo Mundo... bueno, «Nuevo» para él...
Biodata.
Francis Catalano. Montreal – Canadá, 1961. Ha publicado en
poesía: Romamor (1999), Index (2001), M’atterres (2002), Panoptikon
(antología, 2005) y qu’une lueur des
lieux (2010).
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